lunes, 23 de julio de 2012

O Bella Ciao, Londra!


Esta tarde me he ido a dar una vuelta. Sé que no será la última, pues me quedan 3 días en Londres e intentaré exprimirlos al máximo. Pero me ha entrado la nostalgia y no puedo evitar escribir estas líneas a estas horas intempestivas.
Londres me ha acabado enamorando aunque no me guste reconocerlo. No me gusta reconocerlo porque eso significaría reconocer que quiero volver a vivir aquí, y es algo muy duro de aceptar para mí. Eso significa separarme de mis seres queridos, pues ellos seguirán allá y yo volvería aquí. La distancia, qué puta es.
Baker Street, calle conquistada por la audacia y vivacidad de Sherlock Holmes (algo que todavía me quedará por conocer más a fondo). Oxford Street y Regent Street, la crême de la crême en cuanto a tiendas (si quieres evadirte del mundo y la gente, éstos NO son los mejores lugares. Si quieres sentir cómo vibran los londinenses ESTOS son los mejores lugares). Picadilly Circus, el punto de encuentro de la gente (lugar de inspiración, siente el verdadero Londres). Soho, barrio de fiesta y ambiente (aquí he descubierto grandes cosas del mundo que creía inexistentes). Trafalgar Square, alfombra de entrada a la National Gallery (comer en las escaleras de la entrada del museo, al frente de la columna de Nelson, de las fuentes y con el Big Ben a lo lejos, toda una gozada). Big Ben, majestuoso Parlamento (edificio cumbre de Londres: O-BLI-GA-TO-RIO). Hyde Park, paseos para recordar, de los que calan hondo en el corazón (naturaleza en estado puro en medio de una jungla urbanita de edificios inconmensurables). London Eye, el ojo que todo lo ve (recomendable subir para decir que has visto Londres en su plenitud, imprescindible hacerlo con la cartera llena). Paseo a orillas del Támesis, de los que te hacen llorar recordando buenos momentos (nostalgia innata que a cada paso que das te hace recordar lo bella que es la vida). Tower Bridge, atardecer como pocos (si quieres ver el ocaso con el ‘skyline’ de Londres, no habrá mejor lugar). Liverpool Street y Shoredith, sinónimos de fiesta (de los mejores pubs que he visto). King’s Cross y St. Pancras Station, esos edificios desconocidos (el primero, hogar de Harry Potter y del andén 9 y ¾. El segundo, simplemente el mejor edificio de todo Londres). Camden Market, sinónimo de VIDA (mercado para pasar todo el día y evadirse de los problemas que nos acechan).
Tengo ganas de regresar a España, pero sé que voy a echar de menos este recorrido, que hacía con mucho gusto con toda esa maravillosa gente que ha venido a visitarme.
Gracias Londres, por haberme abierto la puerta al mundo. Sé que tú y yo nos volveremos a ver las caras. O bella ciao, bella ciao, bella ciao ciao ciao!

Bella Ciao - Diego Moreno

martes, 17 de julio de 2012

Estado de embriaguez depresiva a orillas del Támesis

Solo quiero desaparecer. Vomitar en estas líneas las cuatro palabras inconexas que tengo en la cabeza y explotar al fin. Huir. Encerrarme. Dejar los problemas afuera y no dejar que me afecten. Pero son superiores a mi e imagino que habrá que enfrentarlos.
El paseo a orillas del Támesis no me ha ayudado en nada; más bien al contrario. Pasear sólo, escuchando música triste solo ha hecho más que acrecentar las tribulaciones. Mi cerebro estalla en un sinfín de necedades que me aplastan desde arriba. El punto neurálgico de este dolor se concentra en la sien, en el entrecejo más concretamente. Entre los ojos, como si las imágenes que penetran en ellos se juntaran y produjesen un montón de cavilaciones que dañan desde dentro.
El sol a lo lejos, las nubes que intentan taparlo, el Támesis continuando su curso, ignorándome. Edificios majestuosos y suntuosos se erigen a mi otro lado y soy yo el que los ignora. Gente corriendo; paseando. Una mujer dando de comer a una paloma. Unos japoneses haciéndose fotos con el atardecer de fondo. Dos padres intentando que sus hijos se estén quietos para hacerles la foto de rigor. Una pareja se besa al inicio de su encuentro y se disponen a continuar su paseo en bici. Siento asco. Bueno, en realidad es envidia, envidia asquerosa. No solo de la pareja, sino de todos. Parece que no tengan problemas. Aunque a lo mejor yo tampoco parezco tenerlos. Total, solo voy caminando, con los auriculares puestos, mirando a lo lejos. ¿Pensaran ellos que soy feliz? Ignorantes...
Esas cavilaciones me persiguen allá donde voy: a casa. Aquí, abro la puerta y me derrumbo en la cama. Decido desconectar y que los problemas hagan su trabajo. Si quieren matarme desde dentro, que lo hagan. En suma, si me siento así, ya lo estoy.
Y como una tortuga que asoma su cabecita en la arena, mañana tendré que levantarme y gritarle al mundo que me importan una mierda los problemas.
Pero eso será mañana.
Hoy estoy en estado de embriaguez depresiva.

"Hacia lo salvaje" - Amaral

viernes, 13 de julio de 2012

Rendición

Me rindo. No hay más. Cuando termine estas líneas me habré rendido contigo. Sé que es imposible, lo he intentado (en realidad solo vagamente, lo he soñado más bien, porque tampoco podía hacer nada más) pero la situación me ha vencido. Y ahora, mientras escribo, un oleaje de bilis y desesperación recorre mis entrañas, quemándome vivo por dentro. Es el sentimiento de saber que todo acaba, de que todas esas ideas que se habían formado en mi cabeza llegan a su fin por mi propia PERO involuntaria decisión. Tú allí y yo aquí. Dentro de poco estaremos más cerca, pero de todas formas no será suficiente, porque tú ni siquiera sabes que existo. Tú ya tienes quien te abrace, quien te acaricie, quien te diga "Te quiero", quien recorra tu cuerpo con sus dedos, quien te mire de frente y haga que tu mundo se tambalee con tan solo una sonrisa. Lo peor es que tú le correspondes. Yo quería eso contigo pero no va a ser así.
Puede que en el fondo de mi alma, en realidad no me rinda. Puede que en el fondo siga guardando la esperanza, porque soy así de tonto, porque soy así de ingenuo, pero empiezo a saber que hay cosas que uno no puede manejar. Los sentimientos de los demás, al igual que por desgracia los míos, no son modificables o manipulables.
Está bien: Acepto la derrota.

Un minuto más - La Oreja de Van Gogh

jueves, 21 de junio de 2012

¿Queréis saber cómo practican el sexo dos almas gemelas?


Imagínate dos puntos de luz que se encuentran. Brillantes, radiantes, llenos de vida. Corretean uno hacia el otro hasta que se encuentran de repente. Chocan y todo lo demás se desvanece, se hace oscuro, nada más importa: solo existe el otro punto de luz. Primero, llega el desconcierto. “¿Quién es el otro y por qué ese halo que le rodea me llama tanto la atención?” Ambos puntos dan vueltas sobre sí mismos, como si se tratara de un ritual danzante. Quieren descubrir qué esconde el otro y por qué les atrae tanto. Algo irremediable se produce en su interior; no lo pueden evitar. Ese “algo” se exterioriza y ambos puntos empiezan a hacerse más grandes, y más intensos si cabe. Laten a velocidad supersónica, no pueden parar eso que sienten y que todavía no saben qué es. ¿Un punto de luz puede tener subconsciente? No importa. El caso es que su subconsciente los junta irremediablemente, hasta que se tocan y no se sueltan. Ambos desarrollan un cuerpo que hasta entonces desconocían y no pueden evadir sus sentimientos. Se les va de las manos, esas que hasta ese momento no tenían. Un beso. No se sabe de donde pero sale un beso. Luego otro. A ese le acompaña otro. Más intenso. Se desata ese latido intenso que les hace parpadear quebradizamente. Esos besos se funden en sus cuerpos, subiendo y bajando como una cabriola, arriesgando cada parte de su “cuerpo”. Sienten el pálpito del otro y uno de los puntos empieza a gemir. “¿Desde cuándo puedo gemir? ¿Desde cuándo puedo sentir esto?” Se pregunta uno. Él mismo se responde: “Hasta ahora ni siquiera podía pensar, preguntarme cosas a mí mismo ni responderme, así que no voy a buscar justificaciones”. Se tocan, se palpan y empiezan los sudores. Ese ritmo frenético les resulta imparable. Pero va a más. No sabían lo que era el control hasta que en ese momento no podían retenerlo: incontrolable. Se excitan súbitamente y pierden el control de su cuerpo, de su luz. El éxtasis llega en un momento cumbre y ambos puntos de luz estallan en una iluminación brutal. Estuvieran donde estuvieran, el silencio solo roto por los gemidos de ambos hasta ese momento se ve invadido por una luz tan radiante que daña, no deja ver más allá de lo imposible. Como si fuera inexplicable, desaparecen los dos puntos y se convierten en uno solo: más grande, más fuerte, más tenaz.
Y así, descubren que siempre habían sido, son y serán almas gemelas, destinadas a iluminar el resto del mundo con su luz exótica y desbordante.

"Underneath" - Adam Lambert

lunes, 11 de junio de 2012

Vacío


Ese agujero en el estómago que se me queda cuando me despido de la gente. Las despedidas (*suspiro*): Menuda puta mierda de invento éste. Me siento inestable, perdido, sin rumbo, mirando hacia ninguna parte. El estómago se me rompe en dos mientras veo alejarse a la gente.
Y no solo me pasa en las despedidas. Ya no hablo del hecho en sí, sino de la sensación. Te invade el frío, el desequilibrio, el sinsentido, la inquietud de una fragilidad que se ve expuesta al exterior. Estás tú frente al resto de peligros que acechan a tu seguridad. Ellos se van, no sabes si volverán, y esa inseguridad crea aflicción. La aflicción se convierte en apatía y pesadumbre. Desgana. Siento desgana por lo que vendrá. Sinceramente, no me importa.
Mis padres cruzan el control de seguridad del aeropuerto y yo sigo mi rumbo después de alzar las manos en señal de "adiós" hacia mis padres. Mi madre me mira con los ojos medio en lágrimas (intenta no llorar porque cree que yo pienso que es innecesario y ridículo). Sé que lo exteriorizo así, pero no soy capaz de decirle que prefiero que llore.
Y así pasan los segundos. Hasta que vuelvo a la normalidad después de escribir estas líneas. Imagino que después de esto no pasará nada, todo seguirá igual y el curso de mi vida no cambiará. Pero ese momento es horrible. Odioso diría yo. ¡No lo soporto!
Ese momento de quebranto.
Y después, durante un tiempo, el vacío.

"Wish You Well" - Katie Herzig

martes, 5 de junio de 2012

¿Por qué nadie me cree cuando digo que puedo volar?


D.: -Es que si os cuento lo que os quiero contar no me vais a creer.
-¡Uy! ¿Y por qué no tendríamos que hacerlo?
D.: -Nadie lo hace... Siempre que cuento esta historia me tratan de tonto...
-Venga ya Dani, no será tan trágico.
D.: -Está bien. Pero prometedme que os lo vais a creer a la primera, sin titubeos.
-Vaaaaaa, dínoslo ya.
D.: -Está bien. El caso es que sé volar. Puedo volar.
[...]
-¿¡CÓMO!?
-JAJAJAJA Venga ya... No nos tomes el pelo.
-Va, en serio, dinos lo que quieres decirnos.
D.: -Es que es eso. ¡Sé volar! ¿Veis como os dije que nadie me cree cuando lo cuento?
-Hombre, básicamente porque es imposible que sepas volar. Ningún humano puede hacerlo...
D.: -Bueno, pues al parecer yo sí. Debo ser el primero (que vosotros conozcáis).
-A ver, demuéstralo.
D.: -¡Buah! Ahí es donde sabía que íbamos a llegar. Siempre me piden lo mismo: <<Demuéstralo>>.
-Eso será porque no puedes demostrarlo...
D.: -No no, si no te preocupes que os lo voy a demostrar.
-Seguro que tiene truco...
D.: *Negación con la cabeza* -No tiene truco... Mirad, vamos a hacer una cosa: Apostemos a ver si digo la verdad o no. 5€ por persona. Los dejáis encima de la mesa, yo me levanto y me voy hasta la 'fuentecita' que hay allí. *Señalo la fuente*. Voy a levitar. Sin más. Nada de trucos. Nada de palos que me sostienen, nada de engaños de palabras, nada de cuerdas que me sostengan en el aire. Simplemente voy a volar, desde allí hasta aquí a la mesa. Si cojo el dinero que habéis dejado encima mientras yo estoy levitando, me lo quedo. Si no, todo para vosotros. La apuesta es así, palabra por palabra. Nada de trucos.
-Pero es que es físicamente imposible... Si la apuesta es así, "sin trucos", yo apuesto. Total, no puedes hacerlo.
TODOS: -Está bien, adelante.
*Me levanto y me voy hasta la 'fuentecilla'. Allí, de pie, me giro mirando hacia mis amigos y mis pies se levantan del suelo. Sin apenas hacer fuerzas; no al menos físicas. Me pongo a levitar en el suelo mientras mis amigos se quedan boquiabiertos. Oigo murmullos suyos: "Imposible", "No puede ser", "¿Cómo lo está haciendo?",... También veo sus movimientos de cabeza para descubrir el truco que estaba utilizando. "Nada de trucos", les recuerdo. Y tal que así, flotando en el aire, vuelo veloz hasta la mesa donde estaban sentados, en donde reposaba el dinero de la apuesta en el centro. Mi vuelo es casi horizontal, en diagonal... Cojo el dinero y me lo pongo en el bolsillo. Acto seguido, mientras sigo levitando, empiezo a dar vueltas alrededor de ellos, para que vean que es cierto. Pero sus rostros están desencajados. Todo aquello que solo habían visto en películas se les revelaba delante de sus ojos con una claridad impactante. Yo, crecido como estaba por el momento, culmino mi actuación reposando mi cuerpo  como si fuera una hoja otoñal encima de la mesa donde hasta hace unos segundos había dinero de una apuesta*.
D.: -¿Y bien?
-Pero... ¿pero cómo...?
-¿Qué acabas de hacer?
D.: -Volar. Os lo había dicho.
-¡¡Pero si eso es imposible!!
D.: -Ya has visto que no...
-¿Cómo lo haces?
D.: -No sé... Sólo sé que lo hago.
-¿Pero desde cuándo puedes volar?
D.: -Pues desde que tengo uso de razón, no sé. Siempre he podido... ¿Tú sabes cómo caminas? ¿Cuándo aprendiste? Pues esto es lo mismo, el mismo acto reflejo que el cerebro manda a las piernas para caminar, lo puede mandar para que mi cuerpo levite.
-¿Pero y la gravedad? Es imposible que rompas las leyes de la física Dani, las leyes de la gravedad...
D.: -Imagino que mi cuerpo entra en gravedad 0. Cuando yo quiero volar, mi cerebro envía un impulso al cuerpo y éste entra en gravedad 0...
-Sabes que lo que estás diciendo no puede ser cierto, ¿no?
D.: -Bueno, tú lo acabas de ver, ¿no?
-Ya, pero...
D.: -Pero, pero, ¡PERO!... Siempre estamos con el "pero"... Yo solo sé que sé volar, no me preguntéis cómo. Nací así y hasta día de hoy he vivido así. No sé qué me pasará en el futuro, solo sé que ahora tengo más dinero en mi bolsillo y que vosotros empezaréis a creer en cosas absurdas en imposibles.
Lo imposible puede que exista, pero la fe en uno mismo no es imposible.

If no one ever tried, we never would've known to fly...

Somos clan - BSO El rey león

martes, 29 de mayo de 2012

Yo


Quedan pocas horas para el 30 de mayo. Mi cumpleaños. Hará 21 años que mi madre sufrió lo indecible para que yo pudiera venir a este mundo.
Recuerdo en mi primera entrada a este blog que dije que un día me presentaría, pero no podía hacerlo en aquel momento porque necesitaba desahogarme, contarle al mundo que necesitaba una blanca habitación para evadirme del Universo. Bien, creo que no hay mejor momento que mis últimas horas con 20 años para presentarme. Más allá, todo será futuro inseguro.
En realidad nunca se me ha dado bien describirme a mi mismo. Será mi inseguridad, será que me conozco poco a mi mismo, o que simplemente no intento conocerme a mi mismo. Será que fuerzo la realidad para amoldarla a mis preferencias (aunque ya podría hacerlo físicamente) y por eso no me conozco... Éste podría ser un buen punto de partida. Soy una persona soñadora, pero que no se esfuerza en llevar a cabo sus sueños. Lo sé. Lo reconozco. Y no sabéis cuánto daño me hago a mi mismo al reconocerlo. Como muy bien dije en una ocasión: "Estoy seguro de que en otra vida yo fui el inventor de la procrastinación".
Evado responsabilidades, de forma que no puedan herirme. Me hiere el miedo. Y a eso precisamente tengo miedo: Tengo miedo al miedo. Es mi peor pesadilla, la que se repite a lo largo de estos casi 21 años. Miedo al fracaso y al qué dirán. Soy una persona débil: al menor soplido me puedes tumbar al suelo y ten por seguro que ni siquiera intentaré levantarme. Lo aceptaré a desgana.
Aún así, mi alma no está formada solo de materia negativa. El hecho de reconocer todo lo que he escrito anteriormente, me convierte en un ser vivo, un ser que, aunque siempre se esfuerza porque el mundo que le rodea no llegue nunca a descubrirlo, siente, VIVE. Puede que no sea abierto con mis sentimientos, pero ten por seguro que sabré escuchar los tuyos. Es algo que me caracteriza: Escucho, atiendo, intento comprender, y no juzgo. Me siento orgulloso de tener ese don, algo de lo que muy pocos en esta vida pueden presumir.
Y es que precisamente eso me convierte en luchador. ¡No juzgo! Cada cual es libre de hacer y pensar lo que quiera, mientras no haga daño a los demás. Mi lema es: "Haz lo que sea necesario para encontrar TU felicidad, pero sin dañar a los demás". Muy poca gente sigue ese lema y así les va. Yo no es que lo cumpla, pero al menos lo intento.
Y por lo demás... 1,83, ojos verdes, delgadito, más bien tirando a feucho (¿véis como tengo inseguridad en mi mismo?), manos límpidas y pies de infarto. Por mucho que interiormente esté jodido SIEMPRE tendré una sonrisa para todos los demás, SIEMPRE (aunque mi dentadura no sea perfecta).

Ahí sigo, en busca de MI felicidad e intentando no dañar a los demás. Espero que siga así a partir de mis 21 años en adelante. Solo pido eso.

"Lucha de gigantes" - Love of Lesbian & Zahara