martes, 17 de abril de 2012

¿Queréis saber 5 cosas que me reputean el toto de Twitter?

Vale, como imagino que ya sabréis los 3 o 4 gatos que seguís este blog, últimamente me he enganchado a una red social que todos conoceréis bastante bien: Twitter. Y es que lo mío no es normal, lo reconozco. Puede que incluso me haya enganchado demasiado, pero me resulta agradable, es como una puerta que se me abre al mundo, un punto de conexión gracias al cual permanezco en contacto con gente que quiero, con conocidos e incluso con gente que he conocido en la misma red social y con los que he entablado muy buena conexión. ¿Me distrae de la soledad londinense? Puede. Pero ese no es el caso. De eso ya me encargaré otro día.
El caso que nos atañe hoy es otro. Ya que, al igual que encuentro Twitter una herramienta bastante práctica, también reconozco que tiene sus fallos. Fallos que son UNA PUTA MIERDA ASÍ DE GRANDE, para qué nos vamos a engañar. Yo, que soy un chico muy de hacer rankings, me he decidido a hacer uno de las ‘5 cosas que me reputean el toto de Twitter’. Sin más, paso a analizarlas de menor a mayor grado de aversión:

5 – Ciertos hashtags y TTs en general
No hay odio en el averno ni animadversión en el infierno más profundos que los que yo siento hacia ciertos hashtags que al final acaban coronándose como Trending Topics. A saber: TTs fanáticos (no voy a hablar de las “fanses” más activas en este campo ¡COF!beliebers¡COF!), TTs sobre un tema en concreto (GH, Fórmula 1, fútbol,…) que acaban colapsando la lista de los 10 más hablados, el hashtag promocionado por el propio Twitter (¿alguien le hace caso?) o los TTs que van cambiando cada 2 minutos (los cuales, a las 23:01 son el máximo exponente de la estupidez “tuiteril” pero a las 23:02 nadie se acuerda de ellos, desapareciendo sin dejar huella como dinero desparramado en safaris en Bostwana). ¿”HENCERIO” LA VIDA? Los #hashtags están bien, pero la gente abusa demasiado y sin sentido de ellos…

4 – Indirectas
Vamos a ver almas de cántaro cómo explico esto sin ofender a nadie: ¡SOIS TONTOS! Además, es inútil. Escribiendo tweets del rollo: “¡Que te jodan, ZORRA!”, “Tienes lo que te mereces”, etc., decidme: ¿qué pretendéis conseguir con ello? Si no mencionáis a la persona en cuestión ¿de qué sirve? ¿De desahogo? ¿Cómo te vas a desahogar si nadie se va a dar por aludido? ¿Pretendes hacerte el “chachi-piruli” haciendo que la gente se ponga a pensar si va dirigido hacia ellos o no? Demasiadas preguntas que mi cabeza y mis pies no están dispuestos a responder.

3 – Los pupas y los aludidos en exceso
Esa gente… ¡ESA GENTE! Esa gente que nació quejándose y morirá quejándose. Ellos cuando nacieron pidieron una hoja de reclamación porque todo estaba lleno de sangre… Es normal que en cualquier momento del día (1, 2, 3, 4 veces a lo sumo (¿Creíais que iba a hacer el chiste de “¡DALE!”? ¡Pues no!)) te quejes por algo, ¿pero siempre? Que es ir al TL de estas personas y ver páginas y páginas y páginas y páginas de quejas, llantos, lloros,… ¡Que parece eso el muro de las lamentaciones! ¡Que si le doy a RT, en vez de retweetear, el tweet se pone a llorar! De la gente que se da por aludida sin haberles dicho nada a ellos directamente pero que se creen el ombligo del mundo o al menos de tus tweets prefiero no hablar, que me hierven la sangre. ¡JESÚS, AL CIELO CON ELLOS!

2 – Fallos de Twitter
Esa maravilla de la naturaleza tecnológica... Ese prodigio de las redes sociales… ¿Qué me decís del famoso “¡Vaya! Ya has twitteado eso”? ¡Vaya, TU PUTA MADRE! ¡Pero si ni siquiera he empezado a escribir! Y esos maravillosos RTs y FAVs que sin saber ni cómo ni cuándo ni de dónde han salido, pero parece como si el fantasma de Jack el de Titanic (muy de moda últimamente, se ve que Cameron necesitaba recaudar dinero para Avatar 2 y 3) se te hubiera aparecido y con su dedo tembloroso por la congelación hubiera cogido tu ratón y hubiera empezado a retwittear y favear como si no hubiera mañana. Por no hablar del follow/unfollow involuntario, que te mete en un compromiso más grande que yo qué sé qué… Twitter, si es que peco de inocente y es porque en realidad eres demasiado inteligente y crees saber lo que me gusta o no me gusta, tengo que darte una mala noticia: ¡NO SIRVES NI PARA LOS TELEVIDENTES DE POR LA NOCHE!

1 – Las “Tuitcams” (TCs)
Éste creo que es el hecho principal por el que he decidido escribir esta entrada. Esto sí que me repatea, me desquicia, saca el monstruo que tengo guardado en lo más profundo de mi páncreas y lo hace estallar. Esa espera eterna de 30 segundos que tiene que pasar para que llegue tu comentario… Es que durante esos 30 segundos se ha pasado de hablar de las pirámides egipcias al apareamiento de la zarigüeya, pasando por los sabores de condones, el tiempo en Albacete y la nueva versión de Pitingo. Claro, tu fabuloso comentario de “Pues yo estuve allí y fue precioso” refiriéndote a las pirámides egipcias queda completamente fuera de lugar cuando llega y ya se está hablando del apareamiento de la zarigüeya. Por no hablar de los ‘tropecientosmil’ beliebeDIGO… VIEWERS, que si es una TC reducida todavía, pero como haya más gente que en la Puerta del Sol un 15 de mayo tu comentario queda eclipsado por 21466728 comentarios más y has perdido 30 segundos de tu vida y casi las ganas de vivir. Además, que hay cada personaje haciendo TCs… Fijaos que a veces para dormirme me pongo una y así caigo rendido. ¡MANO DE SANTO, OYE!

Y hasta aquí mi resumen de las 5 cosas que más odio de Twitter. Algún día hablaré de las que sí me gustan pero tranquilos, que a esas solo les puedo dedicar 7 líneas (9 a lo sumo, pero 8 nunca, que es número par y me dan grima). Si has llegado hasta aquí, enhorabuena, has perdido minutos de tu vida y has ganado ganas de matarme, porque no veas el rollazo que te he pegado. Pero tranquilos, como sé que nadie ha llegado hasta aquí despido esta entrada con un sinsentido más grande todavía: ¡HOLA MAMÁ! CÓMPRAME PLÁTANOS PARA CUANDO VUELVA A CASA, QUE AHORA ME APETECE UNO PERO NO TENGO Y TAL VEZ EN AGOSTO, AQUEL DÍA ME VUELVA A APETECER :)

viernes, 13 de abril de 2012

Mentiras

 Hola Dani, ¿te acuerdas de mi? Soy tu conciencia, la que parece que olvidaste junto al cordón umbilical o cada vez que empiezas una mentira. Vengo acompañada de tus remordimientos y te vamos a joder el post, a ver si cambias ya de una vez, que falta te hace hijo... 
 ¿Eres consciente de que si te pusieran un polígrafo serías considerado del 3% de los psicópatas que aunque mienten, el polígrafo determina que dicen la verdad? Lo peor de todo precisamente es eso, que tú mismo te crees tus propias mentiras. Esto hace mucho tiempo que debería habértelo dicho, pero por alguna extraña razón siempre me evitas. Será que tienes miedo a enfrentar tus propias mentiras. O tus propias verdades, que aún es peor.
 Acéptalo: Tu vida gira en torno a miles de ellas. El problema es que no basta con solo aceptarlo, tienes que actuar y cambiar esa asquerosa faceta tuya. Pero claro, ahí está mi enemiga más acérrima: la vagancia, la holgazanería que como si del Diablo del otro hombro que se aparece se tratase, impide que haga mi trabajo. Y claro, la solución más rápida y eficaz que encuentras para salir de tus enredos es mentir. Pero ya estoy harta ¿sabes? ¿No te das cuenta de que así destrozas tu vida?
 Hace días que me harté y estallé, tú sabes muy bien de qué te hablo. ¿Cómo puedes tener la semejante sangre fría de mentir sobre ciertas cosas? Algún día te van a coger, y no esperes que nadie esté ahí para ayudarte, ya que gracias a tus propias mentiras, les habrás perdido.
 Sinceramente creo que lo tuyo roza los límites de la mentira compulsiva, te lo digo muy en serio. Porque no solo te basta con contar mentiras de proporciones épicas, sino que encima exageras cualquier situación (sé que no es una mentira al 100%, pero exagerar es una forma de mentir). Cualquier anécdota que te haya pasado, cualquier situación en la que te hayas visto involucrado, la tergiversas de tal forma que suene mejor, o simplemente para que el público se enganche más a "la historia". De hecho, situaciones que imaginas solo tú las cuentas como si huberan sucedido en realidad, cuando sabes perfectamente que no ha sido así. Pero claro, crees que los demás estarán más atentos a eso que a tu simple y aburrida vida. ¿Puede ser que busques la atención que crees no tener?
 Dime, ¿qué consigues cuando cuentas mentiras? ¿Sentirte bien contigo mismo? Porque te voy a decir que estás bien equivocado; de otra forma, no estarías escribiendo estas líneas. De las cuales encima, tontito de ti, crees que va a nacer la redención que crees necesitar.
 Te digo una cosa muy en serio: Creo que la hostia que deberían haberte dado de pequeño no te la dieron. Así de claro. INTENTA CAMBIAR. CREO QUE TODAVÍA ESTÁS A TIEMPO.

 Y por cierto Dani, ya sé que no viene a cuento, pero ya que por una maldita vez hago acto de presencia, me voy a quedar agusto diciéndotelo: ¿Cuándo dejó de interesarte leer?

domingo, 1 de abril de 2012

¿Os he explicado alguna vez el significado de una sonrisa?

   Una sonrisa es eso que mueve el mundo. Una sonrisa puede cambiar el concepto que tenemos de las personas a priori. Una sonrisa transmite paz, seguridad, alegría, felicidad. Porque las sonrisas hacen sentir bien a la gente, tanto al que sonríe, como al que percibe la sonrisa.
   ¿Nunca os ha pasado con una canción, por ejemplo? Esa canción que escuchas una y otra y otra vez y que sin saber por qué te saca una sonrisa. Tal vez porque te recuerde a un momento gracioso, a una situación que recuerdas con ganas o a un sentimiento de amor o amistad. Otro ejemplo son los bebés. Ese momento en el que un bebé se te queda mirando, con ese brillo en los ojos y acto seguido sus labios se elevan y de la boca sale un gritito apagado. Inocencia en estado puro. Es el mejor ejemplo de que la sonrisa nace con nosotros en el momento en que venimos al Mundo. No es algo que se aprende, es inherente al ser humano.
   Sé que ahora no puedes, pero cuando termines de leer este párrafo cierra los ojos e imagínate a esa persona especial, esa persona que te transmite alegría, que hace que tus días sean especiales, que consigue que aunque sea solo por unos segundos tu cuerpo se relaje hasta tal punto que las comisuras de tus labios se eleven de tal manera que todo a tu alrededor parezca insustancial. Pero vamos más allá. Imagínatelo sonriendo. Que sea él o ella el que te esté mirando fijamente mientras sus labios te observan alegres, mientras los dientes entresalen tímidos del interior de la boca. Vamos a ello. Cierra los ojos y tómate tu tiempo recordando cada palabra que he escrito y recorriendo cada uno de los milímetros de sus labios con los ojos. Hazlo.

   [...]

   ¿Ya? No me digas que no es hermoso. Esa felicidad que irradia es insuperable. ¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Que es contagiosa. ¿O me negarás que tú no has sonreído al verle sonreír? Esa clase de cosas son las que mueven el mundo, las que sin explicarnos por qué nos afectan de manera positiva y hacen que observemos las cosas con perspectiva. Es droga en vena, de la que necesitas para sobrevivir. Aunque intentemos ocultarlo, las personas necesitamos esa clase de droga.
   ¿Yo? Con que me digáis que en algún punto de esta entrada, en alguna de las palabras que he escrito, en alguno de los sentimientos que he intentado transmitiros os he robado una sonrisa, con eso me doy por satisfecho. Tan solo con eso, a mi ya me habréis hecho sonreír.