Esta
tarde me he ido a dar una vuelta. Sé que no será la última, pues me quedan 3
días en Londres e intentaré exprimirlos al máximo. Pero me ha entrado la
nostalgia y no puedo evitar escribir estas líneas a estas horas intempestivas.
Londres
me ha acabado enamorando aunque no me guste reconocerlo. No me gusta
reconocerlo porque eso significaría reconocer que quiero volver a vivir aquí, y
es algo muy duro de aceptar para mí. Eso significa separarme de mis seres
queridos, pues ellos seguirán allá y yo volvería aquí. La distancia, qué puta
es.
Baker
Street, calle conquistada por la audacia y vivacidad de Sherlock Holmes (algo
que todavía me quedará por conocer más a fondo). Oxford Street y Regent Street,
la crême de la crême en cuanto a tiendas (si quieres evadirte del mundo y la
gente, éstos NO son los mejores lugares. Si quieres sentir cómo vibran los
londinenses ESTOS son los mejores lugares). Picadilly Circus, el punto de
encuentro de la gente (lugar de inspiración, siente el verdadero Londres).
Soho, barrio de fiesta y ambiente (aquí he descubierto grandes cosas del mundo
que creía inexistentes). Trafalgar Square, alfombra de entrada a la National
Gallery (comer en las escaleras de la entrada del museo, al frente de la
columna de Nelson, de las fuentes y con el Big Ben a lo lejos, toda una
gozada). Big Ben, majestuoso Parlamento (edificio cumbre de Londres:
O-BLI-GA-TO-RIO). Hyde Park, paseos para recordar, de los que calan hondo en el
corazón (naturaleza en estado puro en medio de una jungla urbanita de edificios
inconmensurables). London Eye, el ojo que todo lo ve (recomendable subir para
decir que has visto Londres en su plenitud, imprescindible hacerlo con la
cartera llena). Paseo a orillas del Támesis, de los que te hacen llorar
recordando buenos momentos (nostalgia innata que a cada paso que das te hace
recordar lo bella que es la vida). Tower Bridge, atardecer como pocos (si
quieres ver el ocaso con el ‘skyline’ de Londres, no habrá mejor lugar).
Liverpool Street y Shoredith, sinónimos de fiesta (de los mejores pubs que he
visto). King’s Cross y St. Pancras Station, esos edificios desconocidos (el
primero, hogar de Harry Potter y del andén 9 y ¾. El segundo, simplemente el
mejor edificio de todo Londres). Camden Market, sinónimo de VIDA (mercado para
pasar todo el día y evadirse de los problemas que nos acechan).
Tengo
ganas de regresar a España, pero sé que voy a echar de menos este recorrido,
que hacía con mucho gusto con toda esa maravillosa gente que ha venido a
visitarme.
Gracias
Londres, por haberme abierto la puerta al mundo. Sé que tú y yo nos volveremos
a ver las caras. O bella ciao, bella ciao, bella ciao ciao ciao!
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